Durante la época decembrina es común ver en casas, negocios y plazas públicas una flor característica de la Navidad: la nochebuena.
Esta flor, cuyo origen es endémico de la zona de Taxco en Guerrero, cuenta hoy con distintas variedades, colores, especies y tamaños, tal como nos lo cuenta Noé Arias, horticultor y productor en Querétaro.
“Se empieza a cultivar desde los meses de mayo, junio la planta llega y se empieza a hacer el proceso de reproducción (…) Es un proceso que lleva la plántula que es un esqueje, de ahí se siembra en la maceta, se empieza a desarrollar, tiene algunos cortes y algunas podas para que aviente algunos brotes y se haga más grande”.
La nochebuena era conocida por los pueblos originarios cómo cuetlaxochitl, para los mexicas simbolizaba la pureza y la nueva vida, atributos que retomaron los frailes al colocarla en los Nacimientos, previo a la celebración de la Navidad, temporada en la que florecía.
“Esta planta es muy noble, lo único que hay que cuidar es que esté en interior porque es una planta para interior y que le dé nada más un poco de resolana, agua y nada más. Porque mucha gente la pone en el exterior creyendo que es para el sol y no”.
Anualmente los 7 hermanos de Noé se dedican a la producción de esta planta, aunque durante los últimos meses del año más miembros de la familia apoyan en los procesos de producción y venta.
“Nosotros producimos algunas, las otras las comercializamos pero hemos llegado a 20 o 22 mil piezas por temporada de diferentes tamaños. (La venta) es muy variable pero sí ha bajado un 20 o 30, yo creo que en algunas otras cosas hasta un 50% pero sí, sí ha bajado.
y aunque sus ventas no son las esperadas, demuestra su amor por las plantas al cultivar estás nochebuenas que para él son “el motivo que alegra un poco los hogares y para distracción también de la pandemia”, concluyó.
Fabiola Mendoza/Sociales 3.0
