Una de las bebidas que más se disfruta alrededor del mundo sin lugar a dudas es el vino, ya sea tinto, rosado o espumoso; tomándolo frío, templado o caliente, sin embargo, no todos tienen el mismo sabor debido a tu tiempo y forma de maduración que le dan cuerpo y presencia en el paladar, pero también depende mucho de la variedad de uva que se ha utilizado, ya que hasta el momento hay más de mil 360 tipos de uva que se utilizan para elaborar dicho fermento.
Así que lo primordial para poder conseguir un buen vino es tomar en cuenta que las uvas son tratadas con el mayor cuidado y agradecimiento, a decir de los vitivinicultores es una fruta muy dócil y amable, pero eso no quiere decir que no requiera de tu atención, tienes que saber que prefieren el clima árido, no tanta agua y crecen como enredadera. Los primeros años de vida de la vid, son de suma importancia, ya que a pesar de que la uva no se puede usar para hacer dicha bebida, definirán la calidad de sus próximas generaciones.
Algunas de las uvas más conocidas para hacer vino son: Cabernet Franc, de ella surgen otra uvas, su sabor es una combinación de dulce con matices de acidez, tiene un color azul intenso y es de tamaño pequeño. Por otro lado la Cabernet Savignon, que se encuentra entre las favoritas de los amantes del vino, se distingue por sus olores frutales, herbales y florales, así como su color rojo intenso; de igual manera para realizar vino tinto podemos encontrar Merlot, una de las que por su tamaño, perfecta forma circular y sensaciones dulces con ligeros aromas especiados, es considerada de las más finas.
Pero hablando de las uvas, con las que hacen el vino blanco podemos encontrar Sauvignon blanc, la descripción de esta uva es que al morderla y sentir como estallan los sabores de la fruta en la boca, el roma de flores, pomelo rosado y un poco de acidez recorriendo en cada mordida, es una de las uvas que más se cosechan para beberlas; claro, sin dejar de lado Chardonnay, que durante su etapa más joven tiene aromas tropicales y al concluir su madurez huele a avellanas, creando la combinación perfecta para para un suculento vino.
De tal manera que una buena botella no solamente depende de si es vino joven o si su fermentación fue en barrica, hay que darle amor, cuidados, espacio y tiempo, desde que es una semilla, flor y fruto, para que en cada bebida el sommelier o cualquier persona lo disfrute de principio a fin.
También están entre los primeros vinos en venta hechos con uvas Semillon, Riesling, Carméneré, Garnacha, Tempranillo, Macabeo, Airén, Tempranillo, Verdejo, Syrah, Pinot Noir, Gewürztraminer, Riesling, entre otras.
Zaira Montoya/Sociales 3.0