Ciudad de México, 09 de mayo de 2022.- Con Juan Gabriel se llora y se ríe, se sufre y se goza.
El “Divo de Juárez” le puso palabras y melodías a los sentimientos de los mexicanos y su legado llegó más allá de las fronteras: Alberto Aguilera Valadez (1950-2016) vendió más de 30 millones de discos y se robó el corazón de miles de seguidores alrededor del mundo.
Su herencia musical resuena ahora con Juan Gabriel, un espectáculo coreográfico del Ballet de Arizona, que se estrenó el pasado martes.
La iniciativa de montar un ballet basado en la obra del cantautor es de Ib Andersen, director de la compañía, quien se sintió inspirado por el concierto que Juan Gabriel ofreció en el Palacio de Bellas Artes, en 1990.
“Vi el concierto y su arte y pasión fueron muy conmovedores. Juan Gabriel es un artista muy inusual. Tiene acceso directo al corazón de las personas: tener un atractivo tan universal, para cualquier ser humano, es fascinante; hay algo acerca de las presentaciones en vivo que tienen una energía única que las grabaciones no tienen, me gustó su energía del concierto, así que decidí usarla para este ballet”, describe.
El coreógrafo danés conoció al cantante tras su repentina muerte en 2016. Leyó su obituario en The New York Times y empezó a indagar en su obra y en sus conciertos al tiempo que observaba cómo millones lloraban su muerte. Eso le sobrecogió y continuó con sus investigaciones sobre su legado.
“Esta obra ha sido una exploración de un artista que celebra a otro artista en un medio completamente diferente. Juan Gabriel es un compositor excepcional y espero transmitir esas letras a través de la danza, espero que las personas que vean el ballet se sientan animadas después de verlo y escuchar su música.
“Todavía ahora sigo pensando: ‘¿Qué está haciendo un danés tratando de coreografiar un ballet para este venerado artista mexicano? ¿Estoy loco?’. Estoy aterrorizado, pero pienso en cuánto me inspira su música y me apasiona mostrar su arte en un medio completamente diferente”, relata Andersen.
El Ballet de Arizona se fundó en 1986 y tiene un cuerpo de baile de 30 intérpretes. Sus exploraciones se extienden por el ballet clásico y la danza contemporánea, pero la agrupación también busca convertir al baile en un territorio de expresión no solo para profesionales, con el propósito de que esta disciplina sea apreciada por una audiencia más amplia.
Andersen recuerda que este proyecto nació antes de la pandemia, incluso el estreno estaba programado para 2020, pero la emergencia sanitaria lo detuvo todo. Añade que el espectáculo no tiene una narrativa lineal, que es una celebración de la música del compositor, oriundo de Michoacán, con ritmos de rock, mariachi y más sonidos mexicanos, aderezados por una iluminación energética y una fuerte producción audiovisual.
“Estoy trabajando con Jacob Pinholster, Decano Asociado del Instituto Herberger para el Diseño y las Artes de la Universidad Estatal de Arizona, para la videografía del ballet; cada canción tendrá su propio pequeño mundo proyectado en el escenario, habrá un sentido único del lugar, ya sea a través de diseños abstractos o paisajes, para evocar diferentes sentimientos”, adelanta el director del Ballet de Arizona.
Juan Gabriel tendrá funciones hasta este domingo en el Symphony Hall de Phoenix.
El coreógrafo, director del Ballet de Arizona desde hace más de 20 años, apunta que uno de los objetivos sería traer el espectáculo a México, aunque todavía no hay nada concreto.
“Nos encantaría llevar este ballet al Palacio de Bellas Artes. Ese sería el sueño. No tenemos planes ahora, pero esperamos que el espectáculo sea un éxito y podamos encontrar una manera de llevar este ballet de regreso al lugar donde se llevó a cabo el concierto original, donde todo comenzó”, concluye Andersen.
Con información de Reforma.