**Imágenes de Associated Press
Icono de una era, Isabel II, fallecida tras 70 años de histórico reinado, era honrada solemnemente este lunes en un funeral de Estado en la Abadía de Westminster en presencia de mandatarios de todo el mundo, antes de ser enterrada en privado en Windsor.
Así se vivió el histórico momento.
El féretro de Isabel II abandonó la capilla ardiente rumbo a la Abadía de Westminster para funeral de Estado. El funeral de Estado de la reina Isabel II comenzó tras diez días de diversas homenajes en diversos sitios del Reino Unido.
A las 10:44 horas, tiempo de Londres, 4:44 horas de la Ciudad de México, el ataúd con el cuerpo de la monarca británica fue trasladado en un carruaje estatal, como ha sido tradición en la familia, a la Abadía de Westminster desde la Capilla Ardiente, donde permaneció por cuatro días para que los llamados dolientes se pudieran despedir de la reina.
El rey Carlos III, la princesa Ana, y los príncipes Andrés, Eduardo, William y Harry, siguieron el cortejo fúnebre. Entre música solemne, cinco minutos antes de las 11 de la mañana, el féretro cubierto por el estandarte real, su corona y cetro, así como un par de arreglos flores llegó a la Abadía de Westminster. La corona, informó la familia real, fue adornada con follaje de romero, roble inglés y mirto, a petición del rey Carlos III. Este último fue cortado de una planta cultivada y usada en el ramo de bodas de la reina. Las flores, en tonos dorados, rosados y burdeos profundo, con toques de blanco, fueron cortadas de los jardines de las residencias reales.
El líder espiritual de la iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury Justin Welby, elogió el lunes la vida de deber y servicio de la reina Isabel II en el funeral de Estado por la monarca británica más longeva. “Las personas que aman servir son infrecuentes en cualquier ámbito de la vida. Los líderes que aman servir son aún más infrecuentes. Pero en todos los casos, aquellos que sirven serán amados y recordados, mientras que quienes se aferran al poder y los privilegios son olvidados”, afirmó en su sermón fúnebre.
El féretro volvió a colocarse en el carruaje de armas estatal luego de la ceremonia en la Abadía de Westminster para ser tras trasladado hasta Wellington Arch. Miles de londinenses estuvieron presentes para dar el último adiós a la monarca luego de 70 años de reinado. La tristeza de los presentes es clara pues se trata de un suceso histórico.
