Querétaro, Qro., 10 de noviembre de 2022.- Querétaro, Qro., 10 de noviembre de 2022.- Querétaro ha sido testigo que diversos sucesos que han ocurrido en sus calles, entre su gente, algunos de ellos desafortunados, como el que esconde la leyenda de «La Gárgola de Cantera» o también conocida con «La Gárgola Suicida».
En 1745, frente al recién construido templo de San Agustín, vivía una familia, cuya hija solía sentarse en el marco de una de las ventanas de la casa; todos los días admiraba cada rincón del templo, los hermosos detalles, hasta que su mirada llegaba a la gárgola que energía arriba del mismo, luego de un rato cerraba su ventana y continuaba con sus tareas.
Una tarde, cuando se encontraba en el marco de la ventana, su mirada chocó con la de un apuesto joven que la miraba desde lo más alto del templo, en reacción a ello, cerró la ventana. Al día siguiente, volvió a encontrar al joven, aunque él llamaba su atención, volvió a retirarse.
Los días pasaron y el intercambio de miradas continuaba, incluso el joven se acercaba para declararle su amor, pero la joven solamente cubría su rostro con un fino pañuelo de encaje. Un día, el joven se acercó de nuevo a la ventana para anunciarle a su enamorada que no acudiría más a verla, ya que treparía hasta la gárgola si ella no saldría para agitar su pañuelo en señal de aceptación, él se lanzaría al vacío para terminar con su vida, debido al desconsuelo de no obtener el amor de la joven.
Ella inmediatamente cerró su ventana para buscar el fino pañuelo, pero este no apareció, preocupada por su enamorado que mantenía el equilibrio sobre la gárgola. Después de un rato sin éxito se escuchó un crujido, la gárgola no había soportado el peso del joven y había caído junto con él, la enorme pieza de cantera se hizo pedazos al caer cubierta de sangre del enamorado. Las personas rodearon el lugar con la inquietud por la cual el joven se habría suicidado, la joven cerró su ventana con el remordimiento.
Esta leyenda es una versión de la leyenda que narra al escritor Don José Guadalupe Ramírez Álvarez, la cual aparece publicada en su libro «Leyendas de Querétaro».
Marilú Meza/Sociales 3.0
