Fidel, Carlos, Eduardo y Germán son cuatro músicos independientes que se ganan la vida gracias a la música, tocando juntos en eventos sociales. La pandemia por coronavirus llegó para frustrar no solo su fuente de ingresos, al obligar la cancelación de eventos masivos y reuniones, sino algo que les traía alegría a sus vidas.
Hoy extrañan la energía de las fiestas, los aplausos y el calor de la gente a la que animaban al ritmo del teclado, guitarra, batería, percusión y su voz.
“Extrañamos hasta el ir a tocar. No hallas ni que hacer en tu casa porque ya es la costumbre de ir a trabajar y a tocar, te desesperas completamente”, dice Fidel.
Para Carlos, la mejor parte y lo que más le hace falta es darle alegría a mucha gente. Eduardo prefiere destacar las emociones que cada uno experimenta sobre los escenarios.
Por el momento, se contentan con tocar sus instrumentos para pasar el tiempo, pues la música significa mucho en sus vidas: “Lo que más me gusta es sentir la música, sentirla cuando la trabajamos, vivimos todos los años de la música”, agrega Fidel.
Según el secretario general del Sindicato de Músicos , incluso los músicos ambulantes están padeciendo los efectos de las medidas de prevención del contagio de covid-19.
“(Es) muy desesperante para todos nosotros los músicos ya que nos han cerrado todas las fuentes de trabajo, inclusive en los mercados donde muchos compañeros ambulantes van y ofrecen sus servicios pues algunos que abren, algún mercado o tianguis que abre, nomas hay dos que tres puestos de verdura o comida; estamos muy desesperados”, expresó.
Algunos tenían otros ingresos, daban clases particulares o eran profesores en escuelas, pero tampoco eso pueden desempeñarlo por el momento, por lo que piden apoyo económico al Gobierno del Estado.
Ahora solo les queda esperar a que pase la crisis para que se reanuden los eventos sociales de los cuales depende su ingreso económico. Mientras tanto, seguirán haciendo lo que mejor saben: tocar y cantar.