FOTOGALERÍA | Así se vive la marcha de las 23 mesas de concheros y danzantes por las Celebraciones de la Santa Cruz

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Querétaro, Qro., 13 de septiembre de 2025.-  ¡La fe y la tradición se respiran en cada rincón! Los danzantes concheros están listos, sus penachos vibran y el sonido de sus ayoyotes ya prepara el ambiente.

Es la fiesta de las mesas de concheros, un despliegue de tradición que atrae a locales y visitantes, quienes completan las calles del recorrido para presenciar un evento que palpita con el corazón de México.
Desde temprano, el aire huele a copal.

El sonido de los caracoles y las percusiones marca el ritmo que guiará la procesión. Los danzantes, con penachos de plumas y coloridos trajes, se preparan. Sus ayoyotes en los tobillos resuenan con cada paso, mientras una melodía ancestral abrazan el alma.

Cada mesa, con su estandarte, se alista para el recorrido hacia el Santuario de la Cruz, donde la fe encuentra su máxima expresión. La velación de la anterior noche mostró en la oscuridad a los concheros reunidos para cantar y recibir ofrendas, un rito de preparación espiritual que precede a la energía desbordante de hoy.

Ahora, bajo el sol queretano y mientras cae la tarde, la procesión avanza. Es una marea de gente en movimiento, donde las banderas ondean y los danzantes ofrecen su esfuerzo, su sudor y su devoción, un compromiso heredado de padres a hijos.

Los pies de los danzantes golpean la tierra, una conexión palpable con la Madre Tierra y con sus ancestros. Es una manda, una promesa cumplida a la Santa Cruz de los Milagros, que se venera por su poder y los milagros atribuidos. Este ritual no solo muestra una devoción profunda, también es una reafirmación de la identidad y la cultura chichimeca.

Al llegar al Santuario, la emoción alcanza su punto culminante. Los danzantes, con los cuerpos cansados, pero el espíritu intacto, culminan su peregrinaje. Con cada paso y cada movimiento, rinden homenaje a una tradición que fusiona dos mundos. La frase “Él es Dios” resuena.

Esta celebración no es solo un espectáculo visual, es una experiencia espiritual profunda. Las diversas mesas de concheros, que viajan incluso desde otras entidades, muestran una unión inquebrantable y un deseo de preservar su legado.

Querétaro se llena de esta energía, un recordatorio poderoso de sus raíces y la riqueza cultural que sigue viva en cada danza y cada corazón.

Marilu Meza / Sociales 3.0