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Querétaro, Qro., 17 de diciembre de 2025. A pocos días de la Nochebuena, la Universidad Anáhuac campus Querétaro hace un llamado a la sociedad para rescatar el sentido profundo de las fiestas decembrinas.
En entrevista para ‘Desde las Siete’, Luly Sada, Directora de Pastoral, invita a vivir una temporada de introspección frente al ritmo acelerado de las compras y los adornos materiales.
La riqueza de las tradiciones mexicanas es el marco perfecto para un encuentro personal. Sin embargo, advierte sobre el riesgo de perder el enfoque principal entre el ruido festivo, “México tiene una cultura religiosa que nos acompaña con muchos signos por nuestra historia: las posadas, la piñata, las pastorelas, los villancicos. Esto es muy hermoso, pero a veces se nos puede olvidar esta preparación interior”.
La directora propone una pausa necesaria para evaluar el estado personal antes de las celebraciones familiares, “Estamos aquí para hacer esa invitación, disponer un poquito más el corazón para detenernos ahora que estamos justo a una semana de Nochebuena. Decir: ¿cómo está mi corazón y qué tanto preparo también el interior para recibir al niño Dios? Finalmente, el mensaje de Navidad es ese”, afirma.
La propuesta de la Universidad Anáhuac no busca eliminar las tradiciones externas, sino dotarlas de un nuevo significado. Luly Sada sugiere integrar elementos que inviten a la calma y a la conexión con los demás, desde la espiritualidad en la cena como incluir lecturas del Evangelio sobre el nacimiento de Jesús.
Asi como signos familiares que van desde encender la cuarta vela de Adviento y realizar una pequeña oración en conjunto. Además, entregar detalles con intención como retomar las tarjetas de Navidad como un vehículo para dedicar pensamientos lindos a los seres queridos, e incluso aprovechar las posadas para buscar la reconciliación con alguien.
“Hay detalles que nos pueden ayudar a disponernos un poquito más en este momento para vivir con más profundidad la noche del 24 y el día 25”, comenta.
El mensaje es claro, renovar la cultura a través de prácticas reales que pongan al centro el motivo de la festividad. Enfatiza que la figura del pesebre es una invitación a la ternura y la acogida, “El personaje principal es el Niño Jesús. Este niño vino a traernos amor. Dios que se hace niño para acogerlo, para cargarlo; un niño te inspira a cargarlo”.
Finalmente, la representante de la Anáhuac invita a los queretanos a aprovechar incluso el entorno natural, como las caminatas bajo los cielos decembrinos, para conectar con esta espiritualidad, “Revivamos, renovemos, tomemos nuestros signos. Seamos lo que busca la Universidad Anáhuac también, generadores de cultura. Renovemos nuestra cultura en nuestras prácticas familiares”, concluye.
Marilú Meza / Sociales 3.0











