Joaquín Sabina está ingresado en observación en la UCI de la Clínica Ruber después de que fuera intervenido de urgencia por un “pequeño derrame”, según han confirmado fuentes cercanas a la familia, tras precipitarse del escenario del WiZink Center de Madrid desde una altura de casi dos metros en el concierto que celebraba en la noche de este miércoles con Joan Manuel Serrat. El pronóstico por ahora es reservado.
Durante las últimas horas el entorno del Sabina había informado de que sufría tres “fisuras limpias sin desplazamiento” en el hombro izquierdo que exigían inmovilización y estaba en la UCI en observación al ser paciente de riesgo, tal y como exige el protocolo. Posteriormente se observó el pequeño golpe en la cabeza por el que ha sido intervenido. A lo largo de la mañana el hospital emitirá un comunicado sobre su estado.
A la media hora de recital, y mientras empezaba a presentar Mediterráneo, el cantante no se dio cuenta de que se encontraba en el borde de las tablas y se cayó al foso de seguridad entre el escenario y las primeras filas del público. El artista prometió a sus seguidores que regresará con Serrat el 22 de mayo al mismo recinto.
El músico jiennense, que precisamente este miércoles ha cumplido 71 años, quiso salir al escenario para disculparse por la cancelación. Sentado en una silla de ruedas, saludó a los 12.000 seguidores que abarrotaban el pabellón de deportes y casi bromeó, en alusión a otros dos percances en el WiZink Center (2014 y 2018): “Estas cosas solo me pasan en Madrid”. Ya en un tono más contrito, relató: “Me he dado un golpe muy fuerte que duele mucho. Con todo el dolor de mi corazón nos vamos al hospital, porque el hombro este lo tengo muy, muy, muy, muy dolorido”. Riff Producciones, una de las empresas organizadoras, confirmó poco antes de las once de la noche que el concierto se aplazaba al 22 de mayo, aunque quienes deseen devolver su entrada podrán hacerlo a partir del martes próximo.
El espectáculo estuvo detenido unos 20 minutos, mientras las asistencias médicas realizaban las primeras exploraciones. Fue el propio Sabina quien quiso tranquilizar a los asistentes y comunicar en persona lo sucedido. El público le jaleó con una fuerte ovación y gritos de “¡Te queremos!”.
El de anoche es el tercer percance de consideración que sufre Sabina en Madrid en los últimos cinco años, siempre sobre el escenario del WiZink. El 13 de diciembre de 2014 acortó el concierto sensiblemente después de sentirse “indispuesto” y presa del miedo escénico. Con posterioridad explicó que ya había sufrido “un vahído” antes de comenzar siquiera el recital. “Me ha dado un Pastora Soler”, dijo en ese momento, en referencia a un parecido ataque de pánico que había sufrido esta cantante. Más tarde admitiría que telefoneó a la artista sevillana para disculparse por la alusión.