Ciudad de México, 24 de noviembre de 2021.- Para el empresario argentino Eduardo Costantini, la artista mexicana Frida Kahlo es única porque logró plasmar su autobiografía con sus pinceles. A ella y a Diego Rivera los considera los creadores más importantes en la historia del arte latinoamericano.
La prueba está en que compró Diego y yo, de Kahlo, en 34.9 millones de dólares en la subasta de Sotheby’s, imponiendo un nuevo récord, antes liderado por Los rivales, de Rivera, obra subastada por Christie’s en 2018 en 9.7 millones de dólares.
En el 2022, la obra estará expuesta al público en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA).
“Me parece una artista extraordinaria, única en la historia del arte porque tuvo la genialidad de hacer una autobiografía a través de la imagen, de los autorretratos”, señala en entrevista el empresario de 75 años.
“Ella va contando el dramatismo en su vida, tanto su salud, la imposibilidad de tener hijos y la relación tan tumultuosa que tuvo con Diego. Para mí, las obras que hacen referencia a estos avatares de su vida personal son las más atractivas”.
Desde hace 40 años que comenzó en el coleccionismo, Costantini se ha perfilado como uno de los más importantes compradores de arte latinoamericano a nivel internacional.
En el 2001 donó 220 obras de su acervo y fundó el prestigioso MALBA.
Desde entonces comenzó una nueva colección que asciende a 700 obras; a la par, el museo con su programa de adquisiciones también ha acrecentado su acervo al mismo número.
“Siendo argentino, lo que quería era darle más visibilidad al arte latinoamericano”, dice el empresario, quien fundó la firma de desarrollos inmobiliarios Consultatio S.A. en 1991. “Tengo una visión latinoamericana porque somos países hermanos”.
Como coleccionista, Costantini se pensó un seleccionador de arte de Argentina y otros países, figuran en su acervo piezas de Tarsila Do Amaral (Brasil), Joaquín Torres-García (Uruguay), Alejandro Xul Solar (Argentina), Wifredo Lam (Cuba)…
En el sitio del MALBA pueden admirarse las obras de Rivera: Retrato de Ramón Gómez de la Serna (1915), donada al museo por el coleccionista, y Baile en Tehuantepec (1928), que Costantini ofreció en comodato.
Baile en Tehuantepec la adquirió en el 2016 en 15.7 millones de dólares, en venta privada. Esperó 20 años para comprarla, pues en 1995 esta obra del muralista mexicano de la Colección IBM se subastó en Sotheby’s Nueva York por 3 millones de dólares. Fue cuando adquirió Autorretrato con chango y loro (1942), de Kahlo, donada al museo.
“Diego para mí es el artista latinoamericano más importante. Sobre todo por el muralismo, uno de los movimientos más importantes del modernismo latinoamericano”, destaca.
Muchos años antes de amasar una fortuna en su empresa inmobiliaria, Costantini comenzó a ser coleccionista al adquirir obras de los argentinos Leopoldo Presas e Ivan Vasilef.
“Empecé a los 20 y pico de años. Empecé de cero, yo no tenía plata y con mis primeros sueldos compré estas obras en cuotas a pagar”, recuerda.
“Cuando fuimos evolucionando económicamente y también fui aprendiendo más sobre arte, tuve la posibilidad de comprar obras de calidad museo”.
Su sueño era comprar obras del argentino Antonio Berni, pero no le alcanzaba. Y ahora en la página del museo, de las 11 que enlistan, nueve fueron donadas por él en el 2001.
“En ese momento, (sus inicios) nadie se fijaba en el arte latinoamericano, yo fui el gran comprador de las décadas del 80 y 90”, comparte.
“En esa época el arte latinoamericano salía mucho más barato, ahora que tiene más visibilidad, los valores han subido muchísimo”.
En agosto pasado, adquirió otras obras clave: Omi Obini (1943), de Wifredo Lam, por 9.6 millones de dólares, y Armonía (Autorretrato sugerente, 1956), de Remedios Varo por 6.2 millones de dólares; ambas en Sotheby’s.
Con información de Reforma.